lunes, 31 de octubre de 2016

Hidrografia

Al igual que la hidrografía de cualquier otro país, la española está determinada por dos tipos de factores: los climáticos y los geológicos (relieve y suelos). La mayor parte de España presenta un clima mediterráneo, por lo que una primera característica general es la de ríos con fuertes estiajes y escaso caudal. De esta característica están exentos los ríos de la llamada España húmeda: el norte y noroeste, y en parte, también los grandes colectores o grandes ríos, ya que sus afluentes procedentes de las montañas amortiguan estos efectos.

El relieve determina la red hidrográfica española. En la península es la Meseta Central la unidad de relieve más importante por la superficie que ocupa y porque en torno a ella se estructuran el resto de grandes unidades, como sus rebordes montañosos y las depresiones y cordilleras exteriores. El hecho de que esté basculada hacia el oeste es el causante de que tres de los grandes ríos (Duero, Tajo y Guadiana) viertan sus aguas al Atlántico. De los otros dos grandes ríos, el Guadalquivir también desagua en el Atlántico por la inclinación de la depresión Bética hacia ese océano, mientras que el otro gran río, el Ebro, es el único de los grandes colectores que desagua en el Mediterráneo, dada la apertura de la depresión Ibérica hacia ese mar.

Los lagos no son abundantes en España, aunque sí de origen variado, pues existen tanto de origen endorreico (tectónicos y volcánicos), como de origen exorreico (glaciares, kársticos...) e incluso de origen mixto.

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